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En un ambiente lleno de microbios, el ser humano sobrevive gracias al sistema inmunitario. Éste se encarga de distinguir entre lo propio y cualquier intruso, ya sean bacterias, hongos, virus o sustancias extrañas llamadas antígenos. La protección contra cualquier patógeno está perfectamente coordinada aún antes del nacimiento a través de la inmunidad innata, que es la primera línea de defensa que nos mantiene saludables. Si el arsenal del sistema inmune innato es superado, de inmediato se inicia la respuesta inmune adaptativa, la cual está formada por la inmunidad celular y la humoral; ambas se conectan perfectamente con el único fin de eliminar al intruso.
Hay muchos suplementos y productos que dicen ayudar a estimular el sistema inmunológico. Pero si bien puede parecer obvio, estimular el sistema inmunológico es mucho más difícil de lo que podrías pensar, y por una buena razón.
Tu sistema inmunológico es increíblemente complejo. Tiene que ser lo suficientemente fuerte y sofisticado como para combatir una gran variedad de enfermedades e infecciones, pero a la vez, no tan fuerte para evitar que reaccione de forma innecesaria, causando alergias y otros trastornos autoinmunes
Pero a pesar de dicha complejidad, existen hábitos de estilo de vida cotidianos en los que puedes concentrarte para ayudar a darle a tu sistema inmunitario lo que necesita para combatir una infección o enfermedad.
Aquí hay cinco formas respaldadas por la ciencia para garantizar que tu sistema inmunológico tenga todo lo que necesita para funcionar de manera óptima, al igual que información sobre el por qué no debes confiar en los suplementos para estimular tu sistema inmunológico.
Puede ayudarte a garantizar las cantidades suficientes de micro nutrimentos que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de tu sistema inmunológico.
El agua es vital para tu cuerpo, además de ayudar al sistema inmunológico. Existe un líquido en tu sistema circulatorio llamado linfa, que transporta importantes células inmunes para combatir infecciones alrededor del cuerpo, está compuesto en gran parte de agua. Estar deshidratado ralentiza el movimiento de la linfa, lo que a veces conduce a un sistema inmunológico deteriorado.
Incluso si no estás haciendo ejercicio o sudando, pierdes agua constantemente a través de la respiración, orina y deposiciones. Para ayudar a mantener tu sistema inmunológico, asegúrate de reemplazar el agua que pierdes, lo que empieza por saber cuánta agua realmente necesitas.
Estudios han demostrado que las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a enfermarse después de la exposición a virus, como los que causan el resfriado común. Para darle a tu sistema inmunológico la mejor oportunidad de combatir infecciones y enfermedades, es importante saber cuánto sueño debes tener cada noche, así como los pasos a seguir si tu sueño está siendo afectado.
El estrés es diferente para todos, incluso la forma de aliviarlo también es diferente en cada individuo. Y dado el efecto que éste puede tener en tu salud, debes saber identificar cuando estas estresado. Por ello, resulta útil familiarizarte con actividades que te ayuden a reducir el estrés, como practicar sesiones de respiración profunda, meditación, oración o ejercicio.
Si estás buscando formas de ayudar a fortalecer tu sistema inmunológico, considera enfocarte en los hábitos de estilo de vida anteriores, en lugar de confiar en las afirmaciones de una etiqueta.
Dr. Benito Gutiérrez Castañeda
Profesor investigador en el Departamento de Inmunología y Morfología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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